Un sistema bien pensado y sostenible: Un equipo eléctrico formado por tractor, extensor de autonomía y motocultor

Para el desarrollo de las máquinas agrícolas eléctricas con baterías, la elevada capacidad de funcionamiento y el consiguiente volumen y peso de la batería plantean grandes desafíos. Si queremos reducir al máximo la presión sobre el suelo, el peso del vehículo eléctrico no debe ser muy superior al del vehículo con motor de combustión. Como consecuencia, este requisito limita el tamaño de la batería y, por tanto, el tiempo de funcionamiento del tractor. El nuevo Fendt e100 Vario, por ejemplo, alcanza un tiempo de funcionamiento de unas 4-6 horas en operaciones en el rango de carga parcial media con un rastrillo de un solo rotor. Un punto de partida para optimizar y fomentar la practicidad es ampliar el tiempo de trabajo del vehículo con un extensor de autonomía.

El modelo Fendt e100 Vario se ha desarrollado para su uso en el ámbito de los cultivos especiales, como la horticultura y la fruticultura, en explotaciones con ganado, así como en explotaciones con producción propia de energía o en el sector de las explotaciones municipales. La cadena cinemática del Fendt e100 Vario consta de una batería con motor eléctrico y la transmisión Fendt Vario. La máquina dispone de tres modos de funcionamiento diferentes: el modo Eco con 50 kW, el modo Dynamic con 55 kW de potencia continua y el modo Dynamic + con una potencia máxima puntual de hasta 66 kW (90 CV). Innovaciones como la función Start-Stop o el interruptor de pedal para una mayor recuperación hacen que el uso de la energía sea especialmente eficiente.

El extensor de autonomía es totalmente compatible con ISOBUS y se controla directamente desde la cabina desde el terminal del tractor. Puede montarse en la parte delantera o trasera del tractor y suministra al circuito de tensión intermedia de CC del vehículo hasta 15 KWh de energía por hora de funcionamiento a través de la interfaz AEF. De este modo, el tractor consume directamente la energía generada por el extensor de autonomía. Así se evitan las pérdidas debidas a pasos intermedios, como la carga de la batería, y dicha energía se aprovecha al máximo.

También se caracteriza por una mayor facilidad de uso en comparación con un generador de emergencia diésel clásico y, en el futuro, también podrá utilizarse como solución "power to grid" (alimentación a red). Por tanto, el extensor de autonomía puede utilizarse directamente como fuente de energía en la explotación y, además del tractor eléctrico, también puede hacer funcionar de forma segura otra máquina agrícola, como un robot de ordeño, en caso de corte del suministro eléctrico o del aire acondicionado en el ganado. Esta solución reduce la dependencia de la red eléctrica.

Con un accionamiento puramente eléctrico, el tractor y el implemento aprovechan con especial eficacia la energía disponible. La eficiencia global de la combinación aumenta hasta el 92% y las pérdidas se reducen drásticamente. Esto se refleja especialmente en los tiempos de funcionamiento. Por ejemplo, un equipo con un tractor eléctrico de batería y un motocultor de accionamiento hidráulico alcanza un tiempo de funcionamiento de hasta 8 horas. La combinación de un tractor eléctrico de batería y un motocultor de accionamiento eléctrico logra un tiempo de funcionamiento de hasta 10 horas en el rango inferior de carga parcial. Si además el tractor está equipado con un extensor de autonomía con eficiencia optimizada en el rango de carga parcial de la pila de combustible, el tiempo de funcionamiento del equipo aumenta vertiginosamente hasta las 25 horas. Las pausas de carga se reducen al mínimo y los períodos de trabajo cortos se aprovechan al máximo. Esto reúne las condiciones necesarias para un funcionamiento autónomo en el futuro.

El control mecánico de las malas hierbas, en particular, requiere una experiencia específica por parte del conductor en lo que respecta al conocimiento de las plantas, el manejo de la máquina y la identificación de anomalías en la vegetación. Las empresas agrícolas encuentran cada vez menos especialistas formados que puedan llevar a cabo con profesionalidad el laborioso control mecánico de las malas hierbas. Para aligerar la labor de los conductores y, al mismo tiempo, obtener buenos resultados de trabajo y aprovechar la energía de la forma más eficiente posible, el control del motocultor funciona de forma autónoma y totalmente eléctricamente. Dos cámaras controlan y supervisan cada módulo del motocultor. La cámara delantera identifica la posición y el tipo de plantas y distingue entre cultivos y malas hierbas. La cámara trasera supervisa el resultado del trabajo de control de malas hierbas. Con el control de doble cámara, el motocultor trabaja sólo en los lugares donde es necesario eliminar las malas hierbas, tanto entre las hileras como dentro de ellas. El control con ayuda del reconocimiento automático de imágenes facilita el trabajo del conductor, aumenta la calidad del trabajo y suprime el uso de productos fitosanitarios. La completa tecnología de sensores constituye la base para un futuro funcionamiento totalmente autónomo del conjunto de tractor y motocultor, ya que la segunda cámara asume la función de control del conductor.